Cioran llegó a mí gracias a Zona de cronopios; alguna vez al colocar una cita de Pessoa por twitter, una usuaria puntualizó que Pessoa le recordaba mucho a Cioran, al momento el nombre del autor me sonó desconocido, pero me llamó la atención. Tras haber leído mi primer libro de Cioran, puedo decir que la comparación entre ambos autores es muy acertada, pues a Cioran, igual que a Pessoa, se le sufre más de lo que se le disfruta y ciertamente ambos son muy parecidos temática y estilísticamente (aunque eso sí, Pessoa vivió antes que Cioran).
Se dice que Cioran declaró alguna vez que de no haber escrito este libro (su primera publicación, escrita cuando sobrepasaba apenas los 20 años) muy probablemente se hubiera terminado suicidando, incluso no duda en calificarlo como “un libro excesivo”.
Por eso no sorprende que En las cimas de la desesperación sea un trago bien cargado de nihilismo,misantropía y pesimismo, sin filtro alguno.
Mediante aforismos el rumano ataca fuerte y tajantemente a la existencia humana y casi todo lo que se relaciona con ésta: la filosofía, la psicología, las religiones, el trabajo, el optimismo, el tiempo, entre muchas otras cosas. Los razonamientos son claros y contundentes, pero, como es normal al atacar tantos temas, no están exentos de contradecirse una que otra vez entre sí.
También invierte varias páginas en hablar de sentimientos humanos como la melancolía, la tristeza y la desesperación (por ejemplo tacha de mediocre a la melancolía, abrazando, por el contrario, un poco mejor a la tristeza).
Por otro lado, se dice también que Cioran era un admirador de Borges, esto me hace mucho sentido, pues el tiempo es una de las más grandes preocupaciones del autor a lo largo del libro, incluso es la esencia del capítulo final que acaso puede representar una conclusión de la obra en general (y ya conocemos todos la relación entre Borges y el tiempo).
En general, Cioran reconoce en sí mismo una consciencia superior a la de la mayoría de los humanos, pero lejos de vanagloriarse de esto, lo ve como una maldición, una trampa infernal sin salida.
Puedes o no estar de acuerdo con lo que dice el autor (y seguramente tu posición cambiará varias veces antes de llegar hasta el final), pero difícilmente te quedarás indiferente, yo personalmente varias veces me quedé pasmado por los razonamientos que encontré.
Los que estén en busca de algo esperanzador o motivante, absténgase.
Álvaro (@alvarogo87)
Imagen (Alegoría del triunfo de Venus, de Bronzino):
http://en.wikipedia.org/wiki/Venus,_Cupid,_Folly_and_Time#mediaviewer/File:Angelo_Bronzino_003.jpg