Algunos no son tan sencillos de conseguir, pero la búsqueda vale la pena; recuerden que las ferias de libros o las páginas de librerías que ofrecen la opción de comprar libros importados siempre son una opción.
1.- We, Yevgeny Zamyatin
D-503 vive en la tierra dominada por un solo estado, miles de años en el futuro, cuando la gente es aislada de la naturaleza y recluida en una ciudad transparente hecha totalmente de cristal, donde el estado controla y vigila a todas las personas y éstas ya no tienen nombres sino números. D-503 comienza un diario en donde narra su vida y descarga sus cuestionamientos hacia el estado… ¿Les suena familiar? Sí, las similitudes con 1984 (y un poco también con Un mundo feliz) son claras, con el pequeño detalle de que We se publicó en 1924 (Un mundo feliz es de 1932 y 1984 de 1949) y junto con El talón de hierro, de Jack London (esa sí, lectura pendiente para mí) es la mamá de los pollitos de las novelas distópicas.
En defensa de Orwell, creo que 1984 es mejor novela (ya si vas a copiar algo, al menos mejóralo), pero mejor juzguen ustedes mismos.
Otro dato es que el autor de We era ruso, por lo cual la novela no se publicó en la Unión Soviética sino hasta 1988, y en pleno 2016 yo batallé bastante para encontrar una edición disponible en México (no por censura, sino por falta de difusión del libro), así que decidí mejor ordenarlo del extranjero (aunque si me leen desde España, me parece que allá sí hay traducciones disponibles).
2.- Gran Sertón: Veredas, João Guimarães Rosa
La atención que despertó el mundial de 2014 hacia Brasil, me hizo darme cuenta de que nunca había leído a algún autor brasileño, tratándose de un país de 200 millones de personas y con tanta historia, seguramente debe de haber algo interesante, pensé; me puse a investigar y en algún lugar que honestamente ya no recuerdo, di con la recomendación de este autor y con la de Clarice Lispector (pendiente).
Ambientado a mediados del siglo XX, Gran Sertón: Veredas nos mete a un Brasil lejos de los carnavales de las playas cariocas; al Brasil del Sertón, una región semiárida del noreste brasileño, bastante más triste y llena de tragedias, dividida por bandas de mercenarios que se pelean el territorio.
Muchos llaman a João Guimarães Rosa el representante brasileño del boom latinoamericano, la novela está llena de poesía y tiene una de esas vueltas de tuerca que no ves venir por ningún lado. Y estoy casi seguro de que fue inspiración para Fernando Vallejo, cuando escribió La virgen de los sicarios.
También es medio difícil conseguirlo en México, yo tuve que esperar a la FIL para comprarlo en el stand de una editorial argentina que por acá no distribuye mucho.
3.- Botchan, Natsume Sōseki
Aunque nos guste Murakami (o no), hay que aceptar que la literatura japonesa no puede terminar ahí, hay que rascarle un poco más. Esta novela, publicada en 1906, es un clásico en Japón y hay quienes la consideran una versión nipona de El guardián entre el centeno, de Salinger, lo cual tiene algo de cierto; acá no es el caso de 1984/We, en el que se calcan directamente muchos elementos, pero sí hay semejanzas en el hecho de que la narración es completamente en primera persona por un personaje ácido y que no precisamente está “ganando” en la vida.
Botchan es el apodo del protagonista (así le llamaba su niñera, de cariño) cuyo nombre nunca sabemos; es originario de Tokio y al graduarse de la universidad acepta un trabajo como profesor de primaria en un pueblo mucho más chico. A Botchan le gusta criticar mentalmente a sus colegas así como bautizarlos con divertidos apodos. Los problemas llegarán pronto, por el choque con la mentalidad provinciana y porque sus alumnos, bastante mierdas, tienen como objetivo existencial hacerle la vida imposible.
Una novela cortita y sencilla, pero divertida. Ésta sí se consigue más fácil en México, pero eso sí, la editorial no es barata.
4.- We have always lived in the castle
Una novela negra que inicia 6 años después de que casi toda la familia Blackwood muriera envenenada en una comida familiar, al ingerir arsénico.
Narrada enteramente en primera persona por Mary Katherine, la menor de los Blackwood, quien desde el incidente ha vivido la mayor parte del tiempo encerrada en su casa junto a su hermana mayor y su tío (los únicos que quedaron vivos). Mary Katherine no es una narradora fiable, en realidad parece haber frenado su desarrollo social y mental desde el día del incidente y vive parcialmente ajena a la realidad.
Una historia que entre más se desenreda se pone más negra; un clásico del terror sutil, imprescindible en EEUU, pero que en Latinoamérica es más bien desconocido. Yo lo leí en inglés, desconozco si existen traducciones al español.
5.- El Palacio de los sueños
Seguro de que en los sueños van cifradas premoniciones sobre amenazas contra el imperio, el sultán ha ordenado analizar los sueños de todos las personas del imperio, quienes están obligadas a escribir todo lo que sueñan y mandar los reportes al Palacio de los sueños, en donde hay una institución altamente burocratizada encargada de la gigantesca tarea de analizarlos e interpretarlos.
Mark- Alem es un chico joven e inocente que viene de una familia demasiado importante en Albania (parte del imperio) y lo seguimos desde su primer día como trabajador en el Palacio (un lugar muy cotizado para trabajar) hasta verlo ascender de puesto en puesto, más rápido de lo que él mismo puede imaginar y de lo que es habitual.
Kadaré es albanés y ganó el Premio Príncipe de Asturias en 2009. La novela sufrió prohibición en Albania (que vivió el fascismo hasta 1991) al poco tiempo de ser publicada.
Está en el catálogo de Alianza, así que no deberían de tener mayor problema para encontrarla.
6.- Purga, Sofi Oksanen
Lo que más me fascinó de Purga, es que te lleva a lugares bastantes desconocidos para quienes hablamos español, como Estonia o Vladivostok (una ciudad rusa mucho más cercana a Japón que a Moscú). Cuenta la historia de dos generaciones de mujeres de una familia estoniana, a lo largo de gran parte del siglo XX: guerras, mudanzas, violencia, dominación soviética, los ecos del desastre nuclear de Chernóbil y los burdeles bajos de la Alemania noventera. Novela fría y cruel.
La escritora luce como la prima de Lady Gaga, pero ni eso le impidió ganar el premio a la mejor novela Europea en 2010, lo que probablemente signifique que sea la menos “no tan conocida” de la lista y que fácilmente la encuentran publicada por Almadía, encima el encuadernado es muy bonito.
Álvaro(@alvarogo87)
Foto de portada: https://www.flickr.com/photos/ginnerobot/2549674296
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