Del cuaderno de citas: La muerte de Artemio Cruz

“Quién sabe si el recuerdo puede realmente prolongar las cosas, entrelazar las piernas, abrir las ventanas a la madrugada, peinar el cabello y resucitar los olores, los ruidos, el tacto.”

“Una revolución empieza a hacerse desde los campos de batalla, pero una vez que se corrompe, aunque siga ganando batallas militares, ya está perdida.”

(La muerte de Artemio Cruz, Carlos Fuentes)

Antes que nada hay que aclarar a qué juega Fuentes: le gusta el desorden cronológico, le gusta cambiar el sujeto de la narración a cada párrafo, le gusta adornar absolutamente todo y le gusta complicar el texto por el simple hecho de poder hacerlo. Dicho lo anterior, podemos identificar a dos tipos de lectores: aquellos a quienes este estilo les parece complicado, absurdo e infumable, lo cual es entendible y respetable, y aquellos que ven en este estilo una lectura compleja pero retadora. Si usted no son del segundo tipo de lectores, mejor busquen algo más.

A excepción de un capítulo que narra la aventura del hijo de Artemio Cruz en la Guerra civil española, el resto del texto consiste en recuerdos de diversas etapas de la vida de Artemio Cruz, recuerdos que aparecen en su mente debido a que su salud es grave y su muerte es evidente.

Artemio Cruz es una especie de Charles Foster Kane mexicano, que dejó orígenes humildes para pelear en la revolución mexicana y después convertirse en un magnate corrupto y despechado para quien lo más importante en la vida (a caso lo único importante) es su yo, podemos suponer la tragedia que representa la eminente extinción de ese yo.

La muerte de Artemio Cruz representa un retrato realista y desmotivador de la historia de México, desmitifica gran parte del romanticismo con el que los libros de historia han vestido a la revolución mexicana y habla de la capacidad del poder para cambiar lo que sea y a quién sea. Todo hecho bajo un juego narrativo complejo, que Carlos Fuentes demuestra dominar con maestría.

“…el verdadero poder nace siempre de la rebeldía…”

“Tú solo has matado como yo, sin fijarte en nada. Por eso nadie sabe lo que se siente y nadie puede contarlo. Si se pudiera regresar, si se pudiera contar qué es eso de escuchar una descarga y sentirla sobre el pecho, en la cara. Si se pudiera contar la verdad de eso, puede que ya no nos atreviéramos a matar, nunca más…”

(La muerte de Artemio Cruz, Carlos Fuentes)

 

Álvaro (@alvarogo87)

Imagen: http://en.wikipedia.org/wiki/Carlos_Fuentes#mediaviewer/File:Carlos_Fuentes,_1987.jpg

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