Se acabó 2016 (al fin), lo que significa que es buen momento para interrumpir por un momento nuestros lamentos por las muertes de Bowie, Cohen, Eco, Lee y compañía, con motivo de recordar las cosas buenas que nos dejó este año; en este caso libros.
Mi top 5 carece de títulos publicados recientemente (lo siento, voy muy atrasado con los clásicos), pero los 5 se llevan por completo mi sello de aprobación y vencieron a otros muy buenos títulos que dieron batalla para estar en la lista.
Consideraciones:
– Van sin ningún orden en particular
– Omití relecturas (como Crimen y castigo y la Conjura de los necios)
Madame Bovary – Gustave Flaubert
Emma Bovary es un personaje icónico, una romántica afectada por las falsas ideas adquiridas a través de novelas de amor baratas que lee en exceso y que chocan contra una dolorosa y despiadada realidad en la que el matrimonio, el amor, la maternidad, la amistad y la vida en sociedad son una enorme decepción; ¿en el siglo XXI quién no tiene algo de Emma Bovary?
Con Flaubert empecé por las malas, ya que Salambó me pareció tan insoportable que no lo pude ni terminar, por fortuna decidí darle una segunda oportunidad con Madame Bovary y simplemente me voló la cabeza (disculpa Flaubert, no eras tú, era yo).
A sangre fría – Truman Capote
Se dice que Capote inventó un género con esta novela: la non fiction novel. Tomó un crimen real, el cual fue llevado a cabo sin motivos lógicos en uno de esos pueblos rurales en medio de la nada y de los EEUU, para hacer con él una muy bien lograda novela.
Obra violenta, triste y muy descriptiva que genera horror y repulsión, pero que a la vez te llega a conectar con los restos de humanidad que quedan en los autores del crimen (un juego parecido al usado por Nabokov en Lolita, en el que sabes que el personaje es perverso, pero termina provocándote una confusa empatía).
Ciudad de cristal – Paul Auster
Si son fans del cuento William Wilson, de Poe, seguramente este libro les va a interesar (y si no han leído William Wilson, deberían de hacerlo pronto). Narra lo que le sucede a un escritor de novelas de misterio (las cuales precisamente publica bajo el pseudónimo de William Wilson) que un día recibe una llamada de una persona que busca al detective Paul Auster (sí, como el autor de la novela), dada la insistencia de la persona que llama, decide hacerse pasar por el tal Paul Auster y así enrollarse en una investigación febril, confusa y en la que abundan los reflejos.
Novela cortita que cuenta con una prosa muy entretenida y con un elegante final. Forma parte de la trilogía de Nueva York de Auster, un autor aún activo, que descubrí no hace mucho, pero que ya es de mis favoritos.
El Gatopardo – Tomasi de Lampedusa Giuseppe
Todos los buenos comentarios que lean sobre este libro son más certeros que exagerados; cada una de las palabras está perfectamente utilizada y cada página te obliga a leer la siguiente, también es el mejor retrato del pueblo siciliano que encontrarán y en sí uno de los mejores retratos que se hayan hecho de cualquier pueblo.
Trata de una familia de la realeza siciliana que está a punto de perder sus privilegios con la llegada a la isla de las tropas de Garibaldi. El autor perteneció a una familia que también perdió sus privilegios reales, lo que le da un matiz más interesante a la crítica; la tragedia es que fue la única novela suya que se alcanzó a publicar.
El retrato de Dorian Gray – Oscar Wilde
La trama es bastante conocida: un tipo obsesionado con su belleza física que un día, sin pensarlo mucho, desea no envejecer y que a cambio envejezca un retrato que un amigo suyo ha pintado con inigualable maestría. Su deseo se cumple y de ahí seguimos su viaje hacia lo más negro de la esencia humana.
Un clásico de la época victoriana en donde los personajes se la viven en glamourosas fiestas en las que beben mientras entablan el tipo de pláticas elegantes, ingeniosas e interesantes que todos quisiéramos poder improvisar en la vida real (y que obviamente nunca sucede).
Cuenta con una prosa atrayente y hábilmente adornada, así como con uno de los mejores personajes secundarios que recuerdo: Lord Henry; un tipo cínico, arrogante, misógino (no es que esto sea bueno, pero le pone pimienta) y que la mitad de lo que dice lo dice por medio de polémicos epigramas.
¡Feliz año!
Álvaro (@alvarogo87)
Lo volví a leer y volví a pensar que te lo agradezco. Qué grande! Saludos
Gracias por leer. ¡Saludos!